Participó en el III Festival de Música de Cartagena
Hace casi ya 3 años, me avisaron de algo que iba a suceder en nuestra facultad: íbamos a recibir la visita de una representante de una organización que estaba realizando algo relacionado con la música para el mes de enero de 2007 en Cartagena.
Muchos de mis compañeros decían que era para unas capacitaciones o talleres, otros que se trataba de una orquesta nacional juvenil que pensaban organizar.
Yo la verdad no tenía idea a que venía esta persona.
Llegó el día de la audición y ahí fue cuando me enteré que todo esto se trataba del 1er Festival Internacional de Música de Cartagena.
Mis intentos de pasar la audición fueron en vano pues no quedé seleccionado para realizar dicho viaje y pues me puse la meta de luchar por un cupo en la audición del año siguiente para el 2do Festival.
Se llegó el día y aún así no fue posible para mí pues en esta ocasión quedé de 4to puntaje en la audición y pues siempre se han entregado 3 cupos para la Universidad Tecnológica de Pereira.
A pesar de todo, apelé al viejo adagio de: “aquel que persevera, alcanza” y para el año siguiente lo intenté de nuevo y alcancé aquel cupo que tanto había anhelado.
Para mí fue un momento bellísimo, poder asistir a este festival; experimentar todo aquello que llevaba suspirando por vivir desde su primera edición y que por fin era un hecho real.
En este festival tuve la oportunidad de conocer a grandes músicos de talla internacional, profesionales de la música que no solo enseñaban a tocar, sino a sentir y a vivir. Presenciar conciertos del calibre que se dan en este evento es una experiencia de otro mundo y siente uno la gran motivación de llegar muy lejos como músico, de formarse, de creer de corazón que “si se puede”.
Quiero invitar por medio de esta carta o reporte, o como lo quieran llamar, a todo aquel que tenga una meta, a que no se rinda, a que la busque con el corazón sincero, a que se mantenga leal a sí mismo y que no permita que el éxito alcanzado, por grande o pequeño que sea, se convierta en un catalizador de egocentrismo que los desvíe de esa persona que son en esencia.
Le quiero también, dar los más inmensos agradecimientos a las personas que me entregaron su apoyo en la travesía de 3 años que me tomó alcanzar este logro:
A mi padre, mi madre, hermanos y familia en general, por estar ahí cada día, apoyándome en silencio (y también soportando el sonido de mi Violoncello hasta altas horas de la noche).
Le doy gracias a los profesores de la facultad, en especial a Daniel Henao Ramírez, Kathya Ximena Bonilla, Fredy Muñoz Navarro, Giondano Bastián Cordero y por último pero no en importancia, a la Maestra Eun Young Jung, que sin sus enseñanzas, no hubiera podido conseguir este cupo para asistir a este maravilloso evento.
También agradezco mucho a la oficina de relaciones internacionales y a su directora Margarita Lombana, quién fue la gestora de toda la logística para que nos desplazáramos a este evento con la mejor comodidad posible.
Le doy gracias al destino por permitir que una de mis compañeras de viaje fuera Claudia Lorena García, gran amiga y persona, que ojalá pueda tener entre mis amigos por siempre.
Mis más sinceras felicitaciones y agradecimientos, van para la Fundación Victor Salvi y a su presidenta y gestora, la señora Julia Salvi, quién tuvo la bondad de mirar hacia Colombia y Cartagena, para hacerla la sede de este evento tan mágico. Además agradezco a todos su plantel de administrativos y empleados: a Sandra Meluk, Maria Stella, Diana Goez, Eddy Gómez y a los empleados del Hotel Caribe que hicieron de nuestro viaje un completo sueño hecho realidad.
Le doy gracias sin olvidar por supuesto, a la persona que nos eligió para ir en representación de la Universidad a este Festival: el Maestro Julián Lombana Mariño.
Maestro, que sería de nuestra cultura y nuestra música sin sus aportes y enseñanzas, usted ha dado a Pereira tantas cosas que nadie más nunca nos dio y por eso sepa usted que tiene nuestros corazones y nuestra eterna amistad.
Me resta dar dos agradecimientos, que no por estar de últimos, están lejos de ser importantes:
A Dios, por estar ahí, por darme apoyo en las formas más “amorfas” y mostrarme que las cosas llegan a nuestra puerta cuando estamos completamente listos para vivirlas y disfrutarlas.
Y de último, quiero agradecer a Ángela Calvo Ríos, la otra estudiante de Licenciatura en Música que fue seleccionada para ir en este viaje junto a Claudia y mi persona en representación de Pereira y la U.T.P.
Ángela, te doy las gracias por ser quién nunca me dejó decir “no puedo”, “eso nunca será mío”, por ser esa persona que me apoyo incondicionalmente y que creyó en mí en los momentos que nadie lo hizo. Gracias por bendecirme con tu presencia en mi vida y espero que tengas para ti toda la felicidad que el camino que escojas te pueda entregar.
Termino por decirles, que no se rindan ante las “trabas de la vida”, que vivan y anhelen todo lo que quieran tener, que de seguro, por su camino pasarán todas estas bendiciones que anhelan para sí mismos, porque se los digo por experiencia: no desesperen porque muchas veces, es solo cuestión de esperar un poco…
David Hurtado Gómez
C.C.: 9’868.285
Estudiante de Licenciatura en Música de la Universidad Tecnológica de Pereira.